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domingo, 29 de noviembre de 2009


Celebramos la navidad?


Como cada año los medios se empeñan en que celebremos una nueva Navidad, haciendo oídos sordos a la realidad. Pero, ¿tiene sentido celebrar las fiestas en épocas como la que vivimos?

Tiene sentido celebrar el nacimiento del Niño-Dios cuando en la cuna del salvador del mundo árabes y judíos siguen matándose sin compasión? ¿Tiene sentido adornar el portalito de Belén con lindas figuras mientras el famosos Sheriff mundial del universo, poniendo en práctica sus legendarias habilidades diplomáticas, nos tranquiliza interviniendo en el conflicto para dar la razón a una de las partes y aniquilar a la otra?

Se puede seguir hablando de días de paz mientras seguimos metidos en una guerra que no tiene visos de acabar? ¿Acaso puede el mundo occidental seguir celebrando las pascuas como si nada estuviera pasando, mientras los marines siguen mostrando al mundo su conocida caridad cristiana arrasando países con la excusa de luchar contra el terrorismo?

¿Podemos seguir adornando arbolitos mientras en América Latina la gente pasa hambre y los disturbios buscan la caída de los gobiernos? ¿Podemos seguir llenándonos la boca con palabras de seguridad democrática y paz mientras en Colombia y en otros lugares en conflicto las guerrillas, los paramilitares, los narcotraficantes, siguen secuestrando, extorsionando por doquier mientras la gente continúa sufriendo cada día las “políticas sociales” de un gobierno que se enorgullece en defender a los corruptos y los premia con embajadas, consulados y notarias con el solo propósito de mantenerse indefinidamente en el poder?

Podemos seguir tan tranquilamente sentados ante nuestra mesa de Nochebuena mientras el hambre sigue campeando en el mundo mientras los gobiernos se preocupan por armarse para la guerra? ¿Tienen que seguir siendo los ciudadanos de apie los que laven sus conciencias cada Nochebuena echando mano al bolsillo? ¿Qué clase de estímulo necesitan los gobiernos de los países ricos, de las potencias para decidirse de una vez por todas a condonar la deuda de estos países tercermundistas y contribuir con sus maltrecha economías? ¿Qué se requiere para que en Colombia se acabe la corrupción y la politiquería?

Es que acaso se puede hablar de tiempos de paz cuando la mitad del planeta desconoce el significado de tan manoseada palabra? ¿ Si la educación es el camino para la paz, por qué a cada soldado le entregan un fusil en vez de un cuaderno, un libro y un lápiz?

Mi arbol de Navidad

A manera de balance

Guillermo A. Márquez Cristo

Las historias pueden ser verdaderas o falsas. Cuando somos pequeños nos encanta escuchar historias emotivas e increíbles, sin importarnos si son verdaderas o falsas. Pero cuando crecemos, las historias que nos son verdaderas ya no nos resultan tan atractivas, sin embargo, más allá de su veracidad, las historias sirven para transmitir valores y acercarnos a las personas. Sena o no ciertas, hay historias en las que vale la pena creer… Este es el mensaje que con mucho esfuerzo y dedicación Manuela al día ha querido transmitir a lo largo de este año y de los cinco anteriores. Desafortunadamente no siempre encontramos eco entre los compañeros docentes, algunas veces se recibía el boletín semanal y se guardaba tan bien que cuando se quería consultar no se encontraba, otras se leía pero no se vivenciaba ni se compartía con los estudiantes, algunas veces fue motivo de reflexión y comentarios, con todo quisimos que sirviera de medio de comunicación y estamos seguros que para la mayoría fue una orientación en nuestro diario quehacer pedagógico. No puedo agradecer la colaboración de ningún miembro de la comunidad educativa pues desafortunadamente todavía no tenemos la cultura de escribir y compartir nuestras experiencias. Confiamos que el próximo año, este pequeño intento de comunicación pueda contar con el apoyo y la colaboración de toda la comunidad educativa. Por ahora, muchas gracias y que la Navidad el Año Nuevo nos permitan compartir en familia y expresar nuestros sentimientos de amor y paz a toda Colombia.