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domingo, 26 de enero de 2014

Semana 3 de 2014. Reflexiones y Actividades del 27 al 31 de enero de 2014

Formación Política y Social
La escuela como comunidad democrática

 Guillermo Aníbal Márquez Cristo

T
érminos como autonomía, autogobierno, participación o autogestión son algunos de los más usados para referirse a la "escuela como comunidad democrática". Generalmente estos conceptos se refieren menos a la gestión global de los centros educativos y más a la creación de un clima de aula democrático. En este sentido es necesario plantear dos aspectos:
La escuela autoritaria
Se refiere a la pedagogía tradicional y, de modo más preciso, a la escuela que defiende valores absolutos y se basa en instrumentos como el autoritarismo y la disciplina represiva. Tal escuela dice tener una imagen muy clara de cómo deben llegar a ser los seres humanos y de cómo imponer esa imagen. Para lograrlo  usará el castigo abundante e indiscriminado como medio para reparar cualquier transgresión en que incurran los estudiantes. O bien, creará unas condiciones espacio-temporales y de vigilancia para modelar las conductas y las mentes de manera que no haya lugar para la desviación. La consecuencia de este tipo de pedagogía es la creación de un ambiente escolar autoritario que desconoce del todo la libertad y la autonomía, genera desconfianza, temor y actitudes competitivas.
La escuela democrática
Las primeras experiencias de democracia escolar se piensan y se llevan a cabo para enfrentarse a las tradiciones autoritarias y para impulsar en la escuela los criterios éticos que supone la democracia política. El movimiento de la Escuela Nueva y los autores implicados en él son los mejores representantes de esta etapa de la democratización escolar (Dewey, 1918; Ferriere, 1928).
En todos los casos se parte de una confianza absoluta en la bondad de la democracia y en la posibilidad de imitar, a veces casi literalmente, su funcionamiento en la escuela. La experiencia de las repúblicas escolares,  de los  consejos de clase, por otra, fueron las realizaciones más representativas. En cualquier caso, se trata de aplicar el principio de actividad no sólo a los aprendizajes intelectuales, sino también al aprendizaje de la convivencia y la ciudadanía.
Estas experiencias suavizaron enormemente el autoritarismo y la disciplina escolar, abrieron espacios de libertad, participación y autonomía, aunque no pretendieron abolir la autoridad de los adultos, ni un marco suficiente de normas y hábitos escolares.
La democracia depende del entramado que construyen las relaciones afectivas entre sujetos, las múltiples formas de deliberación social y las prácticas de cooperación.
Las relaciones interpersonales basadas en el afecto son el primer nivel de la democracia escolar. Adquieren esa función porque son la primera experiencia de la moralidad. La simpatía que brota del contacto interpersonal, es una experiencia imprescindible para la democracia y la participación escolar (Hume,1988)
La comunicación es otra de las modalidades de la relación y una fuente esencial de democracia. La acción comunicativa es una fuerza que impulsa la comprensión mutua y, en consecuencia, produce efectos de integración social. Por lo tanto, en las prácticas deliberativas tenemos una de las más potentes fuerzas democráticas (Habermas)
Las prácticas cooperativas son otro de los dinamismos de la democracia escolar. Por prácticas de cooperación vamos a entender las acciones concertadas de varios sujetos que se encaminan a alcanzar una finalidad deseada. La contribución de cada sujeto es necesaria para alcanzar el resultado final, pero lo que resulta de la participación de todos los implicados tiene unos efectos y unas cualidades que sobrepasan las contribuciones individuales. En las prácticas emergen cualidades nuevas, pero sobre todo se crean ataduras sociales por coordinación de acciones y se comparten valores que facilitan la democracia (Dworkin, 1996).
En síntesis, la escuela como comunidad democrática y participativa resulta de la relación interpersonal que se concreta en el afecto, la comunicación y la cooperación.





                                   Ser Excelente                         
La Excelencia no es un privilegio del
superdotado sino del auténtico ser humano
que se ha comprometido con la vida.

El Movimiento de la Excelencia es una
auténtica responsabilidad del medio
educativo, de germinar una generación con
la ambición de lograr la excelencia personal.
Los problemas vienen a presentar los retos
de la excelencia, son la materia prima
indispensable que justifica nuestra
presencia en cualquier organización.

El buen líder de la excelencia es aquel que
se adapta a todas las circunstancias y
sigue siendo bueno, no importa las adversidades,
el buen líder siempre logralo que de desea.

Ser excelente es levantar los ojos de la tierra,
elevar el espíritu y soñar con logar lo imposible.

El que tiene que vivir siempre encontrará el
como. (Federico Nietzche).

Ser excelente es tener los pies bienpuestos sobre la tierra,
conocer la realidad y la de su entorno,
pero no dejar de soñar.

Ser excelente es saber lo que significa el sentimiento de pertenencia
a una institución, a una nación.


Escuela Democrática
                                                              
                                               Publicado por Blanca N. Niño en http://pazucayalicomercio.blogspot.com
La educación como proceso social cumple un rol en el desarrollo de la democracia, por tal motivo es una necesidad prioritaria en el mundo actual, esto exige promover en los estudiantes el desarrollo de habilidades y actitudes positivas, en coherencia con los valores democráticos y éticos.
La educación para la democracia es la única forma de crear las condiciones , para mejorar la calidad en nuestras instituciones , así lo reconoce la Carta Democrática Interamericana, al afirmar que la educación de la niñez y de la juventud son una forma de asegurar la permanencia de los valores democráticos.
Si queremos escuelas con aulas democráticas debemos ayudar a los estudiantes a comprender la complejidad del mundo en que viven, a tomar conciencia de la presencia del otro, como alguien único y reconocer que viven en un mundo donde existe diferentes formas de pensar y de vivir.
Reflexionemos sobre lo que dice Puig "queremos conseguir que nuestras escuelas, sean casas en vez de aeropuertos". Lugares para estar, para crecer, para vivir y no lugares de entrada y salida.

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